La Asamblea Mundial de la Salud (AMS) de la Organización Mundial de la Salud es considerada como la cita ineludible para todo aquel/lla interesad@ en la promoción y defensa de la Salud Pública en el ambito internacional; en la misma se discuten todos aquellos aspectos en los que la organización es activa.
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Sin embargo cabe preguntarse hasta qué punto las deliberaciones representan las prioridades de las mayorías o las agendas de donantes y Estados? Cuál es el papel que en ella pueden jugar tanto los gobiernos como las organizaciones sociales de los países del Sur Global? Y, finalmente, hasta qué punto es este un foro real para el intercambio y la búsqueda de soluciones en común y no una extensión de las dinámicas de dominación y desequilibrio que caracterizan otros ámbitos de la política internacional? Estas son algunas de las preguntas que se ha buscado responder, tomando como referencia factores coyunturales, estructurales e institucionales y que seguiremos explorando en próximas entregas. Hyperlinks como apoyo informativo y material de contexto al final.
Angela Merkel en la Sesión de Apertura del 68 periodo de Sesiones de la Asamblea Mundial de la Salud,en el Palais des Nations Ginebra. Crédito Bundesregierung Flickr.
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Asamblea Mundial de la Salud: escenario, luces y sombras Jaume Vidal
La Asamblea Mundial de la Salud (AMS) celebró su 68o periodo de sesiones entre
el 24 de abril y el 5 de mayo en la ciudad suiza de Ginebra; principal órgano
deliberativo y de toma de decisiones de la Organización Mundial de la Salud
(OMS); la AMS constituye uno de esos
rituales, como la Asamblea General de
Naciones Unidas, de supuesto
diálogo, interacción y acuerdo entre actores sobre los que se apoya la llamada
sociedad internacional.
Durante el periodo de sesiones los representantes de los
Estados-miembro de la OMS discuten y examinan los principales problemas o
situaciones que afectan la salud pública internacional (salud global), con la mayoría
de temas habiendo sido examinados con anterioridad en el Comité Ejecutivo
(órgano restringido a 34 Estados) y presentados a la AMS como informes a
considerar o resoluciones a aprobar. La participación de la sociedad civil
organizada, si bien creciente en la última década, sigue siendo limitada.
La Agenda de la AMS ha conocido en los últimos años un
crecimiento exponencial donde se mezclan temas coyunturales (epidemias, crisis
humanitarias...) con estructurales (acceso a bienes y servicios de salud, innovación
sanitaria...) e institucionales (reforma de la organización, relación con
actores no estatales...). La
proliferación de las cuestiones (obsérvese la diferencia entre la
agenda del 54 periodo de sesiones (2001) y el más reciente) a tratar no
obedece tanto a un eventual empeoramiento de las condiciones de salud de la
población mundial (informes
recientes señalarían lo contrario) sino a la incapacidad/falta de voluntad
de los Estados para alcanzar a acuerdos satisfactorios que permitan
materializar un consenso global en una resolución que provea de mandato a la
OMS para, a su vez, acompañar a los Estados miembros en su implementación (por
ejemplo el Reglamento Sanitario
Internacional); al contrario, las discusiones continúan bajo una u otra
forma (grupos de trabajo, reuniones ad-hoc...) sin que determinados temas sean resueltos
(o tratados en su completa dimensión)... con consecuencias funestas para las poblaciones
afectadas.
Si se había alcanzado el consenso sin embargo en, desde finales
de la década de los noventa, congelar las cuotas con las que los Estados
miembros sufragan el presupuesto regular de funcionamiento de la OMS; de forma
cuasi simultánea se registra un crecimiento exponencial de las llamadas contribuciones
voluntarias: partidas ad-hoc que van dirigidas, exclusivamente, a aquellas
actividades, proyectos o departamentos de la organización decididas por el
donante más allá de criterios técnico-sanitarios. Según informó
el propio secretariado de la organización en 2014 hasta el 80% de los recursos
disponibles se originaron en donaciones dirigidas; con los principales donantes
siendo Estados Unidos, la Bill and Melinda Gates Foundation, Reino
Unido, Global Vaccine Alliance Initiative
(GAVI) y Canadá. Knowledge Ecology
International ha compilado la lista
completa de donantes que incluye entidades privadas, otras agencias de Naciones
Unidas y la Generalitat de Catalunya (3,872,351 de dólares) (!).
La crisis, tanto en términos humanitarios en los países
afectados como institucionales en la sede principal de OMS, provocada por el
brote epidémico del virus del Ebola fue uno de los temas centrales de la AMS
(ya había sido objeto de una sesión
extraordinaria del EB).Y lo fue precisamente porque dejó al descubierto las
graves
carencias de una organización que había sido creada para responder a tales desafíos
(supranacionales y necesitando de conocimientos/medios especializados). Las
llamadas a la reforma de OMS que vienen oyéndose desde hace ya varios años aumentaron
en volumen hasta el punto que la propia Directora General de la Organización admitió
públicamente, y no por primera vez, la necesidad de una revisión profunda
de un conjunto de mecanismos y prácticas que hace tiempo dejaron de ser
eficientes en la defensa y promoción de la salud pública a escala planetaria. La
AMS también estuvo marcada por otros temas igualmente significativos en
términos coyunturales, estructurales e institucionales que ilustran otro tipo de crisis y oportunidades de
mejora.
Tras varios años de alertas y advertencias por parte comunidad médico-científica y un buen número
de organizaciones no gubernamentales (ONG),
la AMS examinó a la aprobación de un plan de lucha contra la resistencia
Anti-Microbiana,
dicho de otro modo, la necesidad de combatir la resistencia
creciente a los antibióticos reportados en múltiples instancias. Tras un
proceso de discusión en las diferentes regiones se llegó a la AMS con un
borrador de resolución
y estrategia global para la lucha contra la resistencia Anti-microbiana. Si
bien existía un relativo consenso acerca de la necesidad de un plan que
incluyera a todos los actores concernidos (desde profesionales sanitarios a
responsables de ganadería pasando por la industria farmacéutica) para una
actuación coherente no fue posible alcanzar un acuerdo hasta el final de la
asamblea debido a las diferencias manifestadas entre Estados sobre los montos a
invertir/distribuir por cada quien en el mencionado plan. Con el plan de
acción y estrategia global aprobado resultará interesante ver tanto su
aplicación como su impacto en áreas tales como la lucha contra la Tuberculosis.
Otro ámbito de discusión, desafortunadamente convertido en
estructural, es el de innovación y acceso a tecnologías sanitarias. Se trata de
un tema complejo, con un conjunto ingente de actores (y sus respectivas
agendas) y donde el equilibrio de posturas que garantizaría un cierto consenso
del que derivar un mandato claro y financiado para la OMS se ha revelado esquivo durante al menos una década. No menos de 8
Asambleas desde los trabajos de la Comisión
Internacional sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual
(2006) que derivaron en las deliberaciones del Grupo de Trabajo Intergubernamental
sobre Salud Publica, Innovación y Propiedad Intelectual (IGWG) 2008-2010
que aprobó la Estrategia
y Plan de Acción Global sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual
(GSPA) del que emanó el Grupo de
Expertos sobre Mecanismos de Coordinación y Financiación para el Desarrollo
derivado en el Grupo
Consultivo de Expertos hasta el examen de los casos
seleccionados de investigación, desarrollo y producción de tecnologías
sanitarias que respondan a las necesidades sanitarias de las mayorías
examinados en la presente edición de la AMS junto a la extensión del mandato
de la GSPA y la elección de un futuro panel de expertos que evaluaría los
casos prácticos seleccionados.
En esta ocasión
se hicieron más notorias si cabe las críticas
al actual modelo de Innovación y Desarrollo (I+D) muy especialmente el
argumento según el cual el precio de un producto viene determinado por la
cantidad invertida en su desarrollo que ha sido el mantra de la industria
farmacéutica y sus valedores políticos en los últimos 20 años. Las demandas
para abrir negociaciones entre Estados para un Tratado
internacional sobre Investigación Biomédica que comprometa a las partes a
invertir en el desarrollo (público) de tecnologías sanitarias no han sido este
año tan fuerte como en ediciones anteriores; no es descartable sin embargo que
tal camino sea el escogido por parte de aquellos Estados (Unión Europea en su
conjunto, Japón, Estados Unidos y Suiza principalmente) cuyo máximo interés es
en el mantenimiento del status quo en detrimento de las demandas de
cambio de modelo por parte del Sur Global y el conjunto de ONG
(esencialmente organizaciones occidentales) habituales en este tipo de eventos.
Desde un punto de vista institucional, el 68o periodo de
sesiones recogía un tema
que enlaza de forma directa con la naturaleza contemporánea de las
organizaciones internacionales de tipo intergubernamental como la OMS: la
relación con los llamados Actores No
Estatales. Tal etiqueta recoge no solo la sociedad civil organizada en
forma de ONG, asociaciones de pacientes, colegios médicos o academia sino
también y quizás sobretodo la industria y sus satélites (fundaciones, centros
de estudios, asociaciones…). Aquellas industrias que tienen intereses directos
en asuntos de salud pública como compañías farmacéuticas o las
comercializadoras de productos alimenticios llevan desde hace tiempo penetrando
lenta
y gradualmente las organizaciones especializadas con mayor o menor
discreción o pudor ante la alarma
de activistas. El protocolo de entendimiento (conjunto de reglas que sirviera
de guía y referencia para futuras interacciones) que estaba en discusión en la
AMS buscaba por un lado intentar proteger aquellas áreas técnicas que deben
quedar lejos de toda influencia interesada (lista de medicamentos esenciales,
guías nutricionales…) y por el otro normalizar un poco más la creciente
proliferación de estructuras publico-privadas
donde las empresas se sientan en la misma
mesa que gobiernos y organizaciones internacionales. Simultáneamente se
buscaba que también la sociedad civil organizada tuviera mayor acceso a las
discusiones y deliberaciones de la OMS, sirviendo de apoyo por ejemplo para
aquellos países que no cuentan en su delegación con personal especializado en,
por ejemplo, propiedad intelectual. No fue posible llegar a un acuerdo y las discusiones
fueron postergadas a una reunión a celebrarse posteriormente en Ginebra entre
Estados miembros con un documento
provisional.
Más allá de las discusiones, resoluciones y planes de
acción de una Asamblea que la DG, y de nuevo no por primera vez, resumió como
la más exitosa de todas; la OMS
debe hacer frente a una crisis que no se soluciona con más fondos,
reestructuraciones internas o campañas de sensibilización. La proliferación de
actores con igual o mayor conocimiento técnico pero con mejores capacidades
para la movilización de material y personal en contextos de crisis; la
consolidación de una visión desde el Sur Global que pone en entredicho la
imparcialidad y legitimidad de un conjunto de organizaciones que se encuentran
en su gran mayoría en Occidente y cuyo personal es esencialmente occidental; la
multiplicación de actores activos en el ámbito de la Salud Global desde Bancos
Multilaterales (Banco
Mundial, Banco
Interamericano de Desarrollo) a entes monotemáticos como GAVI producto de la nueva arquitectura
institucional en el campo sanitario como
el Global Fund o UNITAID y, por último, la ya mencionada tendencia de
los donantes a proporcionar fondos para
programas específicos exclusivamente para aquellas acciones/actividades
coherentes con sus agendas exteriores.
Si bien la OMS está lejos de ser irrelevante en la esfera
internacional, no lo está tanto de convertirse simplemente en escenario
simbólico donde, una vez cada año, los representantes de Estados y otros
actores activos en el ámbito de la salud pública viajan a Ginebra y escenifican
un ritual de dialogo, discusión y eventuales acuerdos; sin mayores
consecuencias para la salud de millones de personas. Una posibilidad que erosionaría,
aún más si cabe, la noción de una sociedad internacional donde los Estados son
iguales entre ellos y la cooperación guía sus actos.
Más Información
- WHO Advances R&D Financing Effort; Global R&D Observatory To Launch In January Catherine Saez and William New IP-Watch 24 de mayo 2015
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- Un plan mundial contra la resistencia a los antibióticos Martin Khor Red del Tercer Mundo5 de junio 2015
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- #PublicHealth #WHA68 Greek Minister of Health calls 4 de-linkage of R&D frm price of #healthtechnologies http://keionline.org/node/2232 @ThiruGeneva 20 de mayo 2015
Landmark
resolutions at WHA but old problems persist - See more at:
http://www.governancenow.com/news/regular-story/india-steers-world-health-assembly-vision-landmark-event-concludes#sthash.YcCttgWO.ue1oEHl3.dpuf
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